viernes, 29 de diciembre de 2017


BOGANDO JUNTOS


NO TIEMBLEN TUS MANOS


SIENTE, AMOR MÍO


Siente, amor mío,
los pasos adelantados a tu historia
que siguen la estela de tus versos
encanto del alma y corazón
cuando en tonadas llegan a mí.
Siente, amor mío,
mi abrazo que es tu abrigo
al espíritu presente de letras consignadas
en la estrella de la Navidad
que platica a los sueños y realidades
dejados al dintel  de tu puerta.
Siente, amor mío,
de la chimenea el calor del fuego
que no se extingue en el poema

que, ahora te escribo, en esta fría tarde.
EL SILENCIO ESTÁ CARGADO DE PALABRAS

El silencio está cargado de palabras
como florituras en retablos de poemas
aisladas en cimientes muros
fabricados en el alma, ponderados de lluvia
que irrigan las mieses del tiempo.

El silencio está cargado de palabras
es la savia de una planta abonada
en los huertos sin esperanzas,
solo la brisa de cualquier mañana
abreva la raíz de los sueños.

El silencio está cargado de palabras
los pies siguen las huellas misteriosas
de grises nubes que capotean tormentas.



DESEOS CONSIGNADOS



Alcanza mi mano que te espera
posee mi corazón completo
arranca de mi cuerpo la carne
y mi sangre de amor liba estas ansias.
Porqué tardas tanto
la paciencia agota las vueltas del reloj
en que sus manecillas giran y giran,
loco amor como volcán en erupción
de ti, luz a mi habitación.
Son tantos los deseos consignados
en labios de la amada amante
que imagino moldear bocetos
en que mis dedos de caricias inundan
cada poro de piel enamorada
y de sueños revelados en líneas de versos.
Alcanza con tu mano una copa
y trae el vino que tanto te gusta
ese rojo licor que alienta la embriaguez
de tu inocente pasión que es mi desvelo
cuando recorro en mi poema
tus laderas consentidas, montañas de ansias,
el mar de tus antojos.
Un ¡te quiero! salta pronunciado  - y tantas veces –
de este cuerpo enamorado
que entrelaza en sus dedos
esa cabellera alborotada por los sueños.
Ya no tardes más, amada mía,
alcanza mi mano que te espera
y mi boca para cobijarte de besos.

EN MAJESTAD DE LA TARDE


En majestad cae la tarde color de cera
disipando los callejeros vientos
que imitan el silencio
y labra en el panal de los sueños
el recuerdo de los ayes en sus pláticas
de inmortal amor.
¿Cuáles son los cantos del agua
manantial de dioses?
¿Son los cantos de amores
nostalgias o aflicciones?
Yo quisiera entender de tu boca misteriosa
las historias contadas en el albor de mis canas
y narradas al canto de tus labios.
Me siento a la orilla del sendero
a imaginarte en tu voz cansada
y mi alma que te escribe reverente
en letras imborrables las memorias de un poema.
Es solemne oración
en la majestad de la tarde.